El conocimiento de Brewer sobre Venezuela y sus habilidades de observación lo han convertido en el explorador y naturalista más conocido de su país. En particular disfruta de las expediciones a través de los "tepuyes", las mesetas areniscas que se perfilan por encima de las selvas tropicales y sabanas de Venezuela. Los tepuyes ofrecen maravillas naturales como el Salto Ángel, la cascada más alta del mundo. Sin embargo, no todo lo que ofrecen los tepuyes es obvio. Brewer ha pasado la mayor parte de su vida aprendiendo a descubrir sus diferencias
La idea de un descubrimiento es de ver las cosas que nadie ha visto antes", dice Brewer. El explorador llama a los tepuyes "islas en el tiempo". Cada una de ellas está aislada, muy parecidas a las Islas Galápagos, que están en la costa de Ecuador. Ya que las "islas del tiempo" son tan remotas, los tepuyes contienen especies que no viven en ninguna otra parte. Brewer ha descubierto 22 especies allí, que incluyen plantas, reptiles, insectos y un tipo de escorpión. Uno de los hallazgos de Brewer es un nuevo de la bromelia, una planta con hojas brillantes y de flores blancas.
En una expedición reciente, Brewer voló en helicóptero al sitio de uno de sus descubrimientos mayores. Es una cueva gigantesca de cuarcita en el vientre de una meseta. Brewer descubrió la cueva, que ahora lleva su nombre, hace cinco años. De casi 2.8 millas (4.5 kilómetros) de largo, la cueva alberga partes de un río en sus cavernas. En esta cueva, Brewer y su equipo de exploradores encontraron grillos ANFIBIOS, escorpiones raros y depósitos minerales extraños llamados espeleotemas. Los depósitos crecen como arrecifes de coral en el suelo de la cueva.
Brewer siempre ha estado fascinado con el estudio de plantas, de la gente y de los lugares. Después de pasar su infancia en Caracas, la capital del país, Brewer se graduó como dentista. Pronto, sin embargo, sus intereses varios lo llevaron hacia nuevas direcciones. En 1961, se fue a vivir con los indios Yekuana, para estudiar su cultura e historia y aprender su lengua. Hizo un trabajo similar entre los apartados indios Yanomami. Además de todos sus descubrimientos, Brewer ha diseñado su propio cuchillo de s. También ha publicado ocho libros de fotos tomadas durante sus expediciones.
La vida de Brewer como explorador ha sido difícil en ocasiones. El gobierno solía apoyar sus expediciones, pero hoy en día batalla para obtener financiamiento. Los científicos que lo acompañan en sus expediciones deben pagar sus propios viajes en helicópteros alquilados. Brewer, quien tiene cinco hijos, a veces lamenta la decisión que tomó en 1978 de dejar la odontología, porque aquella profesión le proveía un sueldo estable.
Aun así, la exploración le sigue interesando al hombre de 68 años. Brewer admira desde hace mucho tiempo los escritos de Sir Walter Raleigh de hace más de 400 años sobre sus viajes a Venezuela. Raleigh, un explorador inglés, escribió sobre una ciudad perdida llamada El Dorado, cuyo nombre proviene de un indio que se cubría el cuerpo con polvo de oro. Brewer está convencido de que El Dorado permanece escondido en las selvas de Venezuela. Espera demostrarlo explorando la selva del Amazonas. Allí, en 1990, desenterró varios fragmentos de cerámica hechos con arcilla mezclada con polvo de oro.
Por ahora, Brewer sigue explorando su cueva. Recientemente, recogió helechos y flores fuera de la cueva, recitando sus nombres en latín con entusiasmo.
"Tienes que tener un [modo infantil de preguntar cosas]", dijo Brewer. "Estoy descubriendo cuevas nuevas, sitios donde la gente nunca antes imaginó.Encuentro respuestas donde nunca antes nadie hizo preguntas".
